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Emociones básicas

28 Oct 2020 | Uncategorized

Decía Montaigne en su último ensayo que si observásemos de cerca los efectos y circunstancias de las pasiones que nos rigen, las veríamos venir y podríamos graduar su intensidad. Porque no nos saltan al cuello de repente: nos rondan antes de hacerse presentes.

Cada uno de nosotros tiene pasiones que lo rigen, es decir, emociones que dominan su paisaje interno. Las emociones aparecen en escena para impulsarnos a vivir, para ayudarnos a aprovechar una oportunidad o a esquivar un peligro. Vuelven agradable lo bueno para la vida, y repugnante o doloroso lo que puede dañarnos. Vale la pena escucharlas y aprender a llevarse bien con ellas, sin dejarse arrastrar ni empeñarse en extinguirlas.

Las emociones más antiguas son parte de nuestro acervo genético y las compartimos con las demás especies de mamíferos. Están presentes desde que nacemos y son la base del desarrollo emocional que ocurre a lo largo de la vida, conforme adquirimos hábitos y aprendemos de la experiencia. Para Jaak Panksepp (cuyas ideas sigo aquí) es posible distinguir 7 sistemas afectivos básicos:

Búsqueda (Seeking). Se expresa en la pasión por explorar, en la euforia del hallazgo y el placer de ir tras de algo que te gusta mucho.

Ira (Rage). Es el afecto que surge ante la frustración. Por ejemplo, cuando se nos impide el paso, o se nos niega algo a lo que tenemos derecho. El animal encolerizado se lanza a golpear lo que lo enoja.

Temor (Fear). Es el afecto más intensamente negativo. El animal temeroso permanece inmóvil y tiembla. Si el miedo es intenso, el animal intenta huir de manera acelerada y caótica.

Deseo sexual (Lust). Se expresa a través del cortejo, cuyo fin es la cercanía y contacto con la pareja.

Cuidado del otro (Care). Se expresa al proveer a las necesidades del otro y al envolver en caricias al ser amado.

Pánico/aflicción (Panic/Grief). Surge cuando ocurre la separación de quien provee amor y cuidado. Se expresa por llanto o gritos de auxilio, y búsqueda de consuelo.

Juego (Play). Se expresa mediante movimientos rítmicos, ligeros y saltarines, que alternan con los del compañero de juego, y mediante la risa. Da origen a la amistad.

Puede verse que 3 de estos sistemas procuran estados propicios al florecimiento de la vida – deseo sexual, cuidado del otro, juego – y tres más son desagradables e indican peligro – ira, temor y pánico/aflicción –. El sistema de búsqueda sirve de vehículo a todos ellos.

Las emociones oscilan constantemente, de acuerdo a las condiciones del medio interno o del ambiente. En algún momento nos toca en suerte a todos padecer ira, temor y aflicción: son inevitables. Pero en nuestras manos está no fomentarlos. Aferrarnos a las emociones que nos gustan para volverlas permanentes es inútil, pero sí podemos cultivarlas y crear las condiciones para que aparezcan.

Referencias

León, D.A. (2012) Afectividad y consciencia: la experiencia subjetiva de los valores biológicos. Rev. Chil. Neuropsicol. 7(3): 108-114
Montaigne, M. de. (1595, 2012) Essais, Livre Troisième.
Chapitre XIII, “De l’expérience”. Folio Classique 4895, Gallimard.
Panksepp, J.; Biven, L. (2012) The Archaeology of Mind.
Neuroevolutionary Origins of Human Emotions. New York, Norton.