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¿Qué es la ansiedad? Una guía para comprenderla

16 Mar 2020 | Ansiedad

La ansiedad es la emoción que surge cuando percibimos o anticipamos una amenaza. Es normal y nos ayuda a sobrevivir, porque nos prepara a enfrentar situaciones nuevas.

La ansiedad a lo largo de la vida

Cada etapa de la vida tiene sus propios motivos de ansiedad: Al niño pequeño le angustia quedarse sin su mamá entre personas extrañas, o en un lugar desconocido. Más tarde, entre los 5 y los 10 años, aparece el miedo a determinados animales, a la oscuridad, a quedarse encerrado. Hacia la tercera década de la vida surge el miedo a no estar a la altura de los retos propios de esta etapa: destacar en la actividad elegida, encontrar pareja y lograr la independencia económica. Alrededor de la quinta década de la vida es común la preocupación de que algún suceso eche a perder la seguridad que se ha alcanzado. Más allá de los 60 años se teme al desamparo ante la enfermedad, la soledad y la pobreza.

Estrategias para superarla en cada etapa

Todos estos son temores normales, y la persona se fortalece al desarrollar estrategias para superarlos. Por ejemplo, el niño se apega a su maestra y a sus compañeros a unos días de comenzar la escuela y pierde el miedo a separarse de la madre. Más tarde, maneja sus temores mediante el juego y la fantasía: inventa situaciones en las que vence el peligro, o se identifica con un héroe que siempre derrota a los enemigos.

En la adolescencia, con la maduración de los procesos de pensamiento, va quedando atrás la fantasía y aparece el empeño realista de adquirir destrezas nuevas y volverse más hábil y capaz, para así poder llevar una vida autónoma y construir un mundo propio.

Después de los 40 años se busca la seguridad en la pareja y las amistades duraderas, así como en conservar un domicilio, un empleo y unos ingresos estables.

En la última etapa de la vida aparece el interés en lograr alguna forma de trascendencia personal, ya sea por medio de una convicción filosófica o religiosa, a través de un legado, o a través de la descendencia biológica.

La ansiedad como padecimiento

Si estas formas de adaptación fallan, la ansiedad se vuelve continua e intensa. En vez de ayudar a la persona a lograr una mejor adaptación a la vida, le impide amar, trabajar y descansar. Es entonces cuando la consideramos un padecimiento.

Normalmente, la ansiedad se acompaña de una actitud mental característica y de una serie de cambios fisiológicos. Si estamos ansiosos, la percepción de lo que podría dañarnos se magnifica, mientras que todo lo demás se desatiende. Al mismo tiempo, el cuerpo se prepara para pelear o huir. La pupila se dilata. Los latidos cardiacos se aceleran y se vuelven más fuertes. La respiración es más rápida y profunda. El riego sanguíneo disminuye en la piel y el sistema digestivo, y aumenta en los grupos musculares que hacen posible luchar o correr. Los músculos se tensan, listos para entrar en acción.

Los síntomas de los padecimientos ansiosos provienen directamente de las adaptaciones mentales y fisiológicas que mencionamos. La persona que sufre un trastorno de ansiedad no puede dormir, no puede concentrarse y se vuelve olvidadiza, porque tiene toda su atención dedicada a vigilar su entorno de día y de noche. La tensión muscular continua le produce dolores en la cabeza, la espalda y la mandíbula.

Cuando estos síntomas están presentes continuamente porque a la persona le preocupa que cada situación cotidiana pueda salir mal, hablamos de ansiedad generalizada.

En el caso de los ataques de pánico, los latidos cardiacos rápidos e intensos se perciben como señal de un ataque cardiaco inminente. La respiración acelerada y profunda puede causar sensación de irrealidad y adormecimiento y hormigueos en los dedos y en torno a la boca; la dilatación de la pupila puede ocasionar visión borrosa. La persona siente que va a morir o a perder la razón, pero unos minutos después se ha recuperado por completo.

En el caso de las fobias, el miedo hacia una situación u objeto (un animal, sangre, lugares cerrados, hablar en público…) obliga a la persona a evitarlos a toda costa; si tiene que enfrentarlos sufre una ansiedad intensísima. Sucede así aún cuando sabe que sus temores son irracionales.

¿Es frecuente?

Los trastornos de ansiedad son los trastornos mentales más frecuentes. En México se calcula que el 14% de la población ha sufrido algún trastorno de ansiedad a lo largo de la vida. En muchos casos aparecen cuando la persona tiene que adaptarse rápidamente a una situación nueva (como cambiar de escuela o ir a vivir a otra ciudad) o a una crisis (como una pérdida económica grave o una ruptura amorosa). Además, hay factores genéticos, experiencias tempranas y trastornos hormonales que vuelven a la persona susceptible a enfermar de ansiedad.

¿Cómo se trata?

Hay casos en los que el tratamiento de elección es la psicoterapia, y otros en los que deben emplearse medicamentos. O una combinación de ambos. Los resultados suelen ser buenos cuando se siguen las indicaciones del médico.

Para saber más…

Si quieres saber más sobre cómo responde el cerebro ante las situaciones de peligro y cómo procesa la ansiedad y el miedo, puedes leer el libro de Joseph Ledoux, Anxious. O escuchar la conferencia (larga y muy científica) en la que presenta este mismo libro.

En español, hay una conferencia con traducción simultánea que dictó Ledoux en la UNAM, sobre la ansiedad y el miedo.

Anxious de Joseph Ledoux en Amazon Joseph Ledoux, "Anxious", en la librería Politics & Prose, Washington, D.C. Joseph LeDoux: "¿Hemos entendido mal lo que es el miedo?" en el Centro Cultural Universitario de la UNAM